La violencia de género puede manifestarse de diversas maneras y ser una víctima es una experiencia traumática y devastadora que puede tener efectos duraderos en la salud física, emocional y psicológica de la persona afectada. Además, la violencia de género puede tener consecuencias sociales, como el aislamiento de la víctima de su entorno y dificultades para mantener relaciones saludables.
Pero en los casos de víctima de violencia de género, cuando se tienen hijos puede ser especialmente desafiante y angustiante tanto para la víctima como para los hijos involucrados. Los niños que crecen en un entorno de violencia de género pueden verse afectados de diversas maneras, incluso si no son directamente objeto de violencia.
El 11 de mayo de 2011, se estableció un acuerdo creado por el Consejo de Europa, conocido como Pacto de Estambul, para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Este convenio ha sido ampliamente reconocido y se ha convertido en un marco importante para abordar esta problemática dentro de Europa.
Dentro de la ley 1/1996, de Protección Jurídica del Menor, en su Artículo 2. 2 se nos advierte de “A efectos de la interpretación y aplicación en cada caso del interés superior del menor, se tendrán en cuenta los siguientes criterios generales, sin perjuicio de los establecidos en la legislación específica aplicable, así como de aquellos otros que puedan estimarse adecuados atendiendo a las circunstancias concretas del supuesto: a) La protección del derecho a la vida, supervivencia y desarrollo del menor y la satisfacción de sus necesidades básicas, tanto materiales, físicas y educativas como emocionales y afectivas”. Asimismo, el artículo 11. 2. “Serán principios rectores de la actuación de los poderes públicos en relación con los menores: […] i) La protección contra toda forma de violencia, incluido el maltrato físico o psicológico, los castigos físicos humillantes y denigrantes, el descuido o trato negligente, la explotación, la realizada a través de las nuevas tecnologías, los abusos sexuales, la corrupción, la violencia de género o en el ámbito familiar, sanitario, social o educativo, incluyendo el acoso escolar, así como la trata y el tráfico de seres humanos, la mutilación genital femenina y cualquier otra forma de abuso”.
Los efectos de la violencia de género en los hijos
Los niños que presencian la violencia de género en el hogar pueden experimentar miedo, ansiedad, confusión y trauma psicológico. Pueden sufrir problemas de salud mental, dificultades en el rendimiento académico y problemas de comportamiento. La exposición a la violencia de género también aumenta el riesgo de que los hijos perpetúen o sean víctimas de violencia en el futuro.
Dentro de nuestro Código Civil y, gracias a la reforma del artículo 156 con la Ley 8/2021; se brinda a las víctimas de violencia una respuesta inmediata y efectiva, quedando autorizadas a prestarle asistencia psicológica a sus hijos.
Si deseas tener más información de como obtener autorización para la asistencia psicológica, lee nuestro artículo “¿Cómo obtener autorización para llevar a tu hijo al psicólogo sin el consentimiento del otro progenitor?”
Recuerda que, como madre, padre o tutor legal, tienes el derecho de brindarle un entorno seguro y saludable a tus hijos, incluyendo la asistencia psicológica y terapéutica. Buscar ayuda y tomar medidas para salir de la situación de violencia es crucial para el bienestar de toda la familia.
En nuestro despacho de Romero Gallo Abogadas, ubicado en las Palmas, estamos especializadas en tratar asuntos relacionados con la violencia de género y violencia doméstica. Nos encontramos ante situaciones especialmente delicadas en la que es necesaria una respuesta rápida y eficaz que garantice la protección y bienestar de las víctimas. No duden en solicitar nuestro asesoramiento profesional.
